Red Española de Ciudades Inteligentes

Acabo de asistir a un nuevo comité técnico de Red Española de Ciudades Inteligentes. La RECI es una red joven, que cuenta con 29 miembros y que tiene como objetivo ayudar en el desarrollo de lo que conocemos como ciudad inteligente.

Tengo que confesar que inicialmente no esperaba mucho de esta Red. Los ayuntamientos participamos en numerosas redes, nacionales e internacionales que comparten una dinámica similar. Se crean unos grupos de trabajo que elaboran documentos que se presentan en asambleas generales, mas o menos multitudinarias,  que acaban siendo sucesiones de presentaciones de lo bien que estamos haciendo las cosas.

RECI, bien sea porque es todavía una red manejable, bien porque nace de abajo a arriba, es decir, desde los propios ayuntamientos, o bien por la marcha y el impulso frenéticos que está poniendo su presidente, el Alcalde de Santander, me está pareciendo una iniciativa interesante en la que creo que merece la pena participar.

En estos momento cuenta con 5 grupos de trabajo que cubren los principales “topics” en los que estamos trabajando unos y otros alrededor de la temática Smart, esto es: Energía, Medio Ambiente, Administración Electrónica, Movillidad y Economía /  Gobierno.

Aunque llevamos poco tiempo funcionando, hemos podido ya recopilar un conjunto interesante de iniciativas y buenas practicas. Además, se han empezado a poner en práctica los mecanismos de influencia, (quizá uno de los aspectos mas importantes en una red) tanto en el caso del borrador de ley de bases de régimen local como en el de la futura ley de telecomunicaciones, dos normativas que preocupan mucho a las ciudades.

Creo también que la RECI puede ser una plataforma interesante para poner en contacto a los ayuntamientos y a las empresas que están desarrollando proyectos Smart. No olvidemos que en la SmartCity está prácticamente todo por hacer, y que va a ser un eje central en la orientación de los fondos del nuevo contexto de financiación europeo Horizon2020 que se abrirá a partir de 2014. De ahí que sea tan importante afinar la colaboración público-privada.

Tendremos que ver también si somos capaces de articular por fin, mecanismos de cooperación entre ciudades, que incluyan formulas imaginativas de contratación publica y que permitan aprovechar la potencia de fuego de un conjunto de ciudades para desarrollar proyectos e implantar soluciones compartidas y abiertas. De momento he visto cosas prometedoras, como el proyecto liderado por el grupo de movilidad para estandarizar la recarga de vehículos eléctricos en la vía publica y evitar que se imponga la sinrazón de la competencia no-cooperativa, como ocurre habitualmente cuando “muchos” implantamos tecnología para hacer lo mismo.

En definitiva, un buen comienzo de la RECI, que de todas formas tendrá que enfrentarse a dos problemas habituales de las redes: el incremento de socios que conlleva una perdida de la visión inicial, y el mantenimiento de un núcleo amplio de ciudades con una involucración fuerte.