¿Qué pasó con la eAdministración?
Si uno revisa los trending topics del momento, puede percibir con claridad que la administración electrónica ha desaparecido casi por completo de los escaparates de las entidades públicas. Atrás quedaron aquellos días de 2003 y 2004, en los que, a poco que uno se prodigase por congresos y eventos, se sometía a un bombardeo extenuante de esquemas funcionales indescifrables sobre plataformas de eAdministración.
Aquel periodo tuvo su apoteosis final en dos actos. El primero cuando se publicó la ley 11/2007 y el segundo cuando entró en vigor en 2010 (odisea II), año a partir del cual, las AAPPs españolas deberían estar ofreciendo todos sus servicios a través de internet. Después llegó la Smart City y el Gobierno Abierto, los eventos, congresos y ponentes cambiaron de tema, y nunca más se supo de la eAdministración.
Si el observador no está muy al tanto de estas cuestiones o si, simplemente, no se relaciona a menudo con las AAPPs, podría pensar que la administración electrónica es un hito superado. Nada más lejos de la realidad.
De forma muy simplificada, una administración electrónica tiene dos caras. La que corresponde a la ejecución de procedimientos administrativos con ayuda de herramientas informáticas por parte de los funcionarios públicos, y la que el ciudadano ve desde su casa a través de un ordenador conectado a internet. De estas dos vertientes, la segunda ha sido con mucho, la más desarrollada. En una parte importante debido al enfoque ciudadano de la ley 11/2007, pero también, por la tendencia natural de las AAPPs a preocuparse mucho más de lo que va “hacia fuera”, y puede ser motivo de comparación y crítica de una manera más fácil.
Muchas de las herramientas informáticas necesarias para la eAdministración ya están implantadas y son funcionales. Sin embargo su uso no es el esperado, ni por la parte del ciudadano ni por la parte del funcionario. El cambio cuesta, aunque felizmente, éste parece desencadenado y no tiene vuelta atrás. Para bien de todos.
Sea como fuere, la cuestión es que nos queda todavía mucho por hacer en esta materia. Pero sobre todo, debemos ser conscientes de que el trabajo es necesario acabarlo, para pasar con garantías a los siguientes niveles de modernización que ya nos estamos planteando todos. En este sentido, es muy complicado hablar de una Smart City si los expedientes de un ayuntamiento circulan de un sitio para otro en montones de legajos. Tampoco hablaremos de un Gobierno Abierto pleno, si no desarrollamos las posibilidades que ofrece la administración electrónica para proveer información veraz y control en tiempo real. Y nada habrá servido finalmente, si no somos capaces de enseñar y generar un interés verdadero y sostenible en el ciudadano, a través de todas estas herramientas y nuevos servicios.
Es interesante. Los paeles retrasan. Seria bueno pedir licencias por Intrnet y contestarlas por internet. todos los informes se darian en plazos y con formularios Normalizados. Asi mismo las resoluciones serian comunicadas y guardadas en archivos digitales. Posibilidad de consulta inmediata.
Exacto. Esto ya es una realidad para algunos tipos de licencias. Ahora hay que extender la experiencia
Ricardo coincido contigo en que la eAdministración orientada al ciudadano (Ley 11/2007) ha empezado y no tiene vuelta atrás. Algunos llevais claramente la delantera. Creo que no tenemos que preocuparnos por que sólo se use el 1% de lo que se podía usar: estamos construyendo algo para la siguiente generación, no para nosotros.En 20 años parecerá increíble que haya que ir a una ventanilla.Eso lo habrá conseguido gente como vosotros que, estoy seguro, continuarán sin desmayo para completar lo que queda por hacer.