¿Y si diseñamos la Smart City dentro de la ciudad?
Centros de investigación en las afueras de las ciudades, reuniones de proyecto en hoteles de auropuertos y laboratorios de desarrollo en polígonos industriales. Esa es la intra-realidad de muchos de los proyectos de Smart City de hoy en día.
Ingenieros que han de desplazarse diariamente en sus automóviles para diseñar soluciones de transporte sostenibles. Reuniones de diseño sobre apps cívicas que tienen lugar a kilómetros de cualquier emplazamiento ciudadano. Ayuntamientos que entran en el ciclo de la innovación al final, como clientes o, como mucho, como banco de pruebas.
Junto a lo anterior, existen también centros urbanos ligados a la cultura y la innovación social donde se están llevando auténticos procesos de inteligencia ciudadana. Todavía se ven pocos ingenieros en ellos y pocas empresas (aunque están llegando). Gente principalmente del ámbito de la cultura, de los movimientos cívicos, de la arquitectura, son quienes los nutren de ideas. Los resultados de estos centros, aunque de gran valor, en numerosas ocasiones no son tomados en serio por los planificadores urbanos. Tampoco en estos centros se tiene acceso a las palancas que mueven la máquina de las infraestructuras urbanas: las redes, el transporte, los sensores, los datos… lo cual impide que los resultados de esos procesos de innovación tengan un impacto real. Impide también probar lo acertado de las propuestas, afinar el tiro y volver a probar.
Creemos que es posible combinar lo mejor de ambos mundos y desechar aquello que no aporta. Podemos diseñar los productos y servicios de ciudad inteligente “en” y “con” la ciudad. Empresas y ciudades colaborando desde el principio en el planteamiento de retos y en la búsqueda de soluciones. Con la ciudadanía participando del proceso gracias a dinámicas de innovación abierta. Entornos de trabajo urbanos. Sostenibles medioambientalmente. Ricos, profesional y socialmente.
Presentamos “Urban Milla Lab”, el laboratorio de I+D+i de la ciudad inteligente. Empresas que buscan negocio, ciudadanos que demandan empoderamiento (y empleos), y ciudades que precisan de nuevos y mejores servicios.
Si a todo lo anterior le añadimos el acceso a las palancas que mueven las infraestructuras de la ciudad, estaremos en condiciones de poder aplicar el método científico al diseño de la ciudad inteligente. Es decir, estaremos en condiciones de transitar de una Smart City a una Lean City.
Pingback: ¿Y si diseñamos la Smart City den...
Pingback: Compro, vendo, cambio... Jornadas Zaragoza Smart City. 4 Junio 2013 | Open Your CityOpen Your City
Pingback: SmartZGZ: el relato | Open Your CityOpen Your City