Smart cities: “sentido y sensibilidad”
Si las ciudades son organismos vivos, puede resultar esclarecedor acudir a la naturaleza para ver cómo los procesos evolutivos han dado lugar a diversas formas de inteligencia, y cómo dichas soluciones evolutivas pueden aplicarse a las ciudades. En la naturaleza la inteligencia adopta formas variadas, pero todas poseen una característica común: se basan en sensores que toman datos del entorno para después, de manera programada o razonada, tomar decisiones.
No alcanzamos a pensar en ningún ser vivo que haya desarrollado posibilidades de sobrevivir sin poder detectar las cambiantes condiciones del entorno primero. Es ilustrativo pensar que la evolución ha cancelado de raíz la posibilidad de que existan seres vivos solamente dotados de cerebro, mientras que lo contrario sí que resulta una forma de vida viable: seres dotados básicamente de sensores y de un sistema nervioso básico pueden resultar viables evolutivamente y, desde luego, luego tienen posibilidades de sobrevivir y de perdurar.
Por tanto, en esta etapa primitiva de las ciudades inteligentes, parece razonable concentrar esfuerzos en desarrollar la capa de la “sensibilidad”. La capa de sensibilidad la componen una tupida red de sensores de toma de datos y, como ya explicábamos en un post anterior, redes de comunicaciones que, como el sistema nervioso de los organismos sencillos, transmiten esos datos para poder actuar en función de ellos. Sensores pertenecientes a las instituciones de la ciudad, o “sensores ciudadanos”, puesto quees posible la utilización de los terminales de los ciudadanos como fuente de datos (pensemos en las posibilidades de los smartphones) si éstos así lo deciden.
En esta temprana etapa evolutiva, y puestos a priorizar, no es tan importante la implementación de complejos sistemas de toma de decisiones “inteligentes”, como lo es la recogida de datos en formatos inteligibles y reutilizables por un creciente número de agentes (datos abiertos u opendata). Así pues, el “sentido” de la ciudad puede ser aportado de manera conjunta por los técnicos que la operan, por sus empresas y por sus ciudadanos, cada uno en su ámbito de uso (y creación) de aplicaciones muy específicas de toma de decisiones.
Nos adentramos así en un marco de “sentido” y “sensibilidad” distribuidos. Un primer paso viable, a priori, en la prometedora carrera evolutiva de las ciudades inteligentes.
Me alegra mucho leer vuestras reflexiones. Desde un tiempo estoy trabajando en el concepto de Sentient City, las ciudades Open Source y el Urbanismo p2p. Espero que tengamos pronto la posibilidad de conocernos e intercambiar ideas.
Os dejo la referencia de un par de de mis textos sobre este tema:
http://urbanohumano.org/smart-citizens/a-sentient-environment-for-a-subjective-realm/
http://urbanohumano.org/castellano/sentient-city-de-la-ciudad-creativa-a-la-ciudad-del-conocimiento/
Espero que puedan ser de vuestro interés.
un saludo
Domenico, un gran caudal de reflexiones y un gran nivel el del artículo en urbanohumano.org. Desde luego, mucho más profundo que las reflexiones que hacemos aquí, e infinitamente mejor documentado. En “Etopia. Centro de Arte y Tecnología” queremos abrir un foro de reflexión sobre la ciudad en la era digital, con un vasto programa para creadores, artistas, urbanistas, emprendedores, tecnólogos, arquitectos y, muy especialmente ciudadan@s. Si tienes ocasión de venir a España, sin duda podemos encontrarnos. Mientras tanto, un abrazo, y seguimos compartiendo ideas.